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En Crisis, un año después

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Pues sí, damas y caballeros, hoy hablaré de En Crisis, el webcómic con guión de Neyebur y dibujo de Mario DS que… Esperad… ¿Que por qué voy a hacer una crítica de un webcómic que hace un año dejó de actualizar su historia principal? Yo os contestaré, pero antes, echad un vistazo al comentario que dejé en eLeOeLe en su crítica de En Crisis, hace ya más de un año:

El ritmo lento y el relleno son dos puntos negativos que podría encontrarse en este cómic, sí, pero lo encuentras en este y lo encuentras en el mío, por ejemplo. Hay cómics que intercalan la trama principal con alguna viñeta o tira suelta, en plan relleno, y que no tiene que ver con la trama. Y aunque en En Crisis hay bastante, me parecen un mal menor comparado con el ritmo… del que yo también soy culpable, así que por una parte entiendo la queja y por otra no puedo yo quejarme cuando hago lo mismo o peor. ¿O tal vez soy el más indicado? Porque a mí me preocupa que no avance… pero seguro que Neye y Mario acelerarán después de tu tirón de orejas.

De todos modos, estos dos puntos negros, en mi opinión, quedan ocultos por las virtudes del cómic: buenos chistes, buen dibujo, personajes con carisma (Saúl bastante menos, aunque su condición de “el pupas” es lo que le salva). Y lo de que Saúl estuviera como protagonista, yo siempre lo vi como una pequeña trampa, porque En Crisis es más coral… y yo creo que Irene se ha ganado el cariño del público por méritos propios.

Vale, quedaos con él. Básicamente, porque vais a ver un cambio en mi opinión un año después. Digamos que será una… visión no enajenada. Y sin auto-referencias.

Ahora bien, ¿por qué quiero volver a En Crisis, volver a leerlo y volver a dar mi opinión? Hace no mucho, vía Twitter, el señor Pziko dijo lo siguiente:

A lo que Neyebur contestó usando como intermediaria a Irene (sí, algunos tenemos una cuenta de Twitter para algún personaje… ¿verdad, Clara?), como ocultándose de la realidad. Pero hay algo interesante en ese tuit de Pziko, solo que no lo voy a tratar ahora mismo. Que este tuit sea la razón por la que he vuelto a visitar Sisirc no quiere decir que vaya a sacar a relucir ciertas reflexiones ahora. Esperad al final…

La imagen de la portada prometía bastante en aquel entonces…

¿Dónde empezar? Por el principio, obviamente. ¿De qué va el webcómic? Pues, en teoría, y esto es así, en teoría, trata del día a día de Sisirc, un internado para jóvenes superdotados al que ha sido enviado Saúl, un chaval que hasta entonces había vivido una vida tranquila en un colegio público normal y corriente, e incluso se había confesado con éxito ante Jesi, la chica de sus sueños. Y es un poco corta-rollos eso de declararte, que ella diga “sí” y de pronto te envíen a un internado para cerebritos. Unos cerebritos muy peculiares, especialmente unA cerebritA…

Aquí lo tenéis: Saúl, el supuesto protagonista de esta historia, un chaval normal y corriente que se ve inmerso en una historia más bien coral (o eso es lo que pretende ser), además de convertirse en el saco de las tortas. Lo siento, es lo mejor que puedo decir del pobre Saúl, recibe más palos que una estera y solo sirve para dar lástima… o ver qué trastada le caerá encima.

Si Saúl es un chaval normal, Soto, quien se convierte en su mejor amigo en Sisirc, es la inocencia encarnada. Fan de los superhéroes e hijo del creador de “El hombre sin forma” (en la vida real, otro proyecto de Neyebur que hace no mucho que por fin está viendo la luz), es el saco de tortas suplente.


Andrea es la mediana de las trillizas hermanas de Soto. A diferencia de su hermana Angelina XIII, una pija sin remedio, y Alyss, una misántropa de la vida, Andrea es la voz de la razón. Es la que todavía nos une con la realidad en esta panda de locos… y, por desgracia, no se puede decir más de ella.

Y aquí tenemos a Irene, la científica loca menor de edad y la cerebrita de Sisirc, la superdotada de los superdotados. Esos atributos han hecho que se haya ganado la simpatía del público, pero cuando uno la mira fríamente… Ha fagocitado el resto del webcómic. Pero entraré en ello con detalle más adelante.

Y abandoné la estructura “Dibujo y Guión” con la crítica a Juanitomen, pero voy a recuperarla con este cómic… Sobre todo porque aquí veremos lo que cada uno de los autores aporta.

Dibujo

¿Quién no conoce a Mario DS? Bueno, fuera de Subcultura, quiero decir, que si el mundillo del webcómic en español es endogámico, Subcultura es la endogamia de la endogamia… Pero da igual, es un estilo de dibujo que habréis visto, seáis o no de la comunidad, y que os ha llamado la atención.

Las influencias europeas en general y de Ibáñez en particular se notan en su estilo básico, con esos personajes un poco cabezones y muy expresivos. A veces, tal vez demasiado expresivos, pero que transmiten mucho con un simple gesto. Conseguir personajes dinámicos con tan poco es bastante complicado, pero para Mario resulta una labor muy sencilla. Ves la vida que insufla en estos personajes, sea con un guión suyo o de otra persona. Y te crees a esos personajes por cómo los dibujo y los ‘mueve’.

Lo único que se puede decir es que, aunque Mario puede hacer muchos diseños diferentes para secundarios, sus protagonistas tienden a parecerse bastante entre sí. Los gestos y expresiones hacen que se distancien, pero sabiendo que su repertorio de secundarios es muy variados, es una pena que sus personajes principales no cuenten con tanta variedad. Pero todo el mundo va aprendiendo y, además, no todo lo hecho por Mario se puede resumir en este cómic.

El color ha ido mejorando, además, pasando a unas sombras sólidas y con mayor contraste, pero el mayor cambio, y a mejor, que uno observa aquí y en otros de sus cómics es el entintado, con una línea mucho más limpia y definida. Un placer siempre ver un dibujo de Mario, incluso sin color.

Y ahora, pasemos a…

Guión

Ya hemos hablado de las virtudes y defectos de Mario DS, así que ¿qué hay que decir de Neyebur? Que tiene unas ideas muy claras en su mente, pero que de alguna forma no se transmiten correctamente al guión.

El principio queda bien claro cómo se desarrolla, desde que Saúl se confiesa a Jesi, le dicen que ha pasado un examen para entrar en Sisirc (aunque él ni lo sabía) y Soto hace de guía en Sisirc, conociendo a Andrea y a Irene de paso. Hasta ahí, todo más que claro. Una obra coral donde nosotros somos tan nuevos como Saúl… Es la primera sensación que tenemos. Eso y chistes referenciales que funcionan, ya que aun siendo referencias a otras obras, se integran en la historia.

Pero de pronto se nos empieza a meter relleno que no tiene nada que ver con el webcómic. Si fuese alguna suerte de spin-off, por ejemplo de los antiguos compañeros de Saúl, pues genial mientras no rompa el ritmo, pero muchas de estas son simplemente chistes con alguna película, videojuego, o lo que sea. Más propio de un webcómic al estilo de Un millón de monos que de un cómic con una historia establecida. O supuestamente establecida. A eso se le añade que el cómic queda interrumpido cada vez que salta un evento, como el día del gender-bender que se lanzó hace un tiempo en Subcultura.

Los chistes referenciales de vez en cuando dentro de la historia, como pasa con Los Mohitufos, combinados con un humor más propio de Ibáñez, sobre todo con chistes como el hormingón armado, están bien por eso, porque quedan integrados. Interrumpir la historia cada dos por tres porque Neye ha tenido una idea para un chiste que no tiene que ver con En Crisis, o porque llega el enésimo evento webcomiquero… Eso ya no. Si vas a interrumpirlo, que no sea un corte tan bestia del ritmo.

De todos modos, cuando la historia vuelve a Sisirc, el internado estalla, Saúl  pasa una temporada en el hospital mientras reconstruyen el colegio, y es el momento en que nos damos cuenta de la realidad. Ni el cómic gira alrededor de Saúl ni es una obra coral.

Es “el webcómic de Irene”. Invitados especiales: su familia y compañeros de colegio. Énfasis en invitados.

La idea general, según entiendo, es que cada personaje tenga un capítulo para sí, pero desde que aparece Irene, se ve claramente cuál es el personaje favorito del guionista.

Eso hace que, obviamente, los demás personajes sean unos secundarios que miren al fondo. Y a ver, yo soy el primero que no odia a Irene, que su “lucha” contra el camión de Ikea en plan Correcaminos vs Coyote para que llegue tarde y así el envío de repuestos para Sisirc salga gratis me hace gracia… Pero llega el momento en que hay saturación de Irene. Incluso en el siguiente capítulo, que se centra (en teoría) más en Soto y cómo se relaciona con Saúl, llega la pequeña pelirroja y roba protagonismo.

Es difícil no quitarse a un buen personaje de encima, pero esto es llegar a la obsesión. Y considero el momento adecuado para traer el tuit de Pziko de vuelta:

Ejem…

¿Está este webcómic muerto? En teoría, sí. Debido a ciertas circunstancias de ambos autores, el cómic se quedó en un largo hiatus que terminó con su cierre. Hubo tiempo para poner el aporte para el WEEzine 5, pero esta historia no tiene visos de volver.

Pero en la práctica, de una forma u otra, Neyebur no lo está dejando morir. Mientras Mario está con otros proyectos, suyos o con guión ajeno, es como si Neye no quisiera desprenderse de Sisirc y sus peculiares alumnos, aun con el webcómic terminado. Solo hay que ver la actividad de la cuenta de Irene en Twitter, o cómo se intenta colar este personaje como cameo en otros cómics o cómo es Neye el que ha estado haciendo últimamente dibujos de los chicos de En Crisis

Teniendo El Hombre sin Forma junto a Jimboss, teniendo su propio cajón de sastre, uno se pregunta qué lleva a Neyebur a seguir perpetuando En Crisis, y más cuando Mario ha seguido su propia senda, continuando con Toby el Chico-Ardilla, con La vida complicada de Jenni, y con Irregular Elis (guionizado por Nubis), entre otros.

Un pequeño recuerdo cada cierto tiempo no está mal, a fin de cuentas ha terminado, pero no es cosa de olvidarlo… Otra cosa es esto: obsesión. Un webcómic no puede convertirse en una obsesión, y menos cuando ya ha terminado (porque admitámoslo: En Crisis no va a seguir). Es parte de la vida del comiquero: hay proyectos que terminan, otros que empiezan, los de más allá siguen… no hay que estar estancados en el pasado, aunque no lo olvidemos.

Y supongo que en buena parte esa obsesión, ese agarrarse a un clavo ardiendo, me ha afectado a la hora de volver a En Crisis y mi visión actual… y que también haya convertido esto en un tirón de orejas a Neyebur que me he estado aguantando. Y ese es el problema: que uno de los autores no deje al proyecto descansar en paz puede hacer mucho daño a la imagen que se tiene del mismo. Aunque esté terminado de forma brusca. Y eso hace daño también a la reputación de ese autor.

Pero ojo: a mí En Crisis me sigue gustando, a pesar de todo, y tengo confianza en que Neyebur ha aprendido lo bastante de este periplo para que El Hombre sin Forma tenga mucho mejor suerte. Simplemente necesitaba sacar esto a la luz.

Y con esto, y sabiendo que va a traer cola, ahí tenéis los comentarios para dejar vuestras impresiones. Aprovechadlo bien, porque estaré una temporada sin hablar de webcómics en este blog, porque en las últimas semanas he estado de polémica en polémica, y uno, queráis o no, se cansa. :P


Archivado en: Webcómics

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